domingo, 17 de julio de 2011

Grima y Escombros




1er premio II Cetamen "Leopoldo de Luis"


Ilustrado por Fran Valdés



GRIMA Y ESCOMBROS



“Todo cambia, pero nada se pierde”.

-Ovidio-


“Ah, el tiempo;
El carroñero
se vuelve
carroña”.

-José Mª Gómez Valero-


1


I. VAMOS PRENDIENDO LA MECHA,
LA BOMBA



2


Huele a pólvora, a dinamita.


3


Amantes del barro

Yo, loco que flota en una nube de arcilla.

Eres como un desayuno recién hecho/ cariño comestible
que espera ser devorado por un famélico vagabundo.

Tus besos son ropa limpia para mi ternura desnuda,
la sal de tus labios, el ingrediente que le faltaba
a este guiso de lana.

Tú, cuerda que amarra mi locura sin forma.


4


Un ateo enamorado

Dios existe,
está encerrado en tus ojos.


5


II. BOOM!


6


“Puso flores en el balcón
para atraer a las abejas.
No buscaba su miel
sino sus aguijones”.

-Manuel F. Macías Herrera-


“Suena a lo lejos
una puerta. Igual suena
la vida a veces”.

-José Antonio Padilla-


7


En la linde de estos versos se halla un acantilado

-mira las ruinas que acechan abajo-

un escalofrío recorre nuestro idilio.

Pensar en si tomáramos impulso
y mutar también en ruina.


8


A veces, sin darnos cuenta
somos como un espejo frente a otro espejo,
un agujero negro que se devora a sí mismo.


9


Ya sólo entiendo el dialecto de los cristales rotos
que encuentro en mi camino,
por eso te escribo con palabra de frío
con verso de hambre,
como mañana de camino a un trabajo vacío
con el abrazo hueco de los armarios.


Efectivamente, nuestro amor:
un gigante con pies de barro.


10


III. NON SEQUITUR
-paréntesis-



11


“Hombre vacío
busca decoradora
de interiores”.

-Jaime Galbarro-


12


Retorno


Nubes espumosas se aferran a mi,
es la memoria un mordisco nostálgico.

Otoño, bocanada de aire
impaciente por penetrar en el pasado
y hallar noción del ahora, de vivir.

Parece que nunca partí.

Volveré a ver mi retrato
volveré a ser lo que fui,
crujiente el destino
descalzo el porvenir.


13


Dictos populares



Quien ríe último,
ríe solo.



Hombre que padece insomnio:

La vida es sueño.



A palabras necias,
odios sordos.



Rutina

La vida son dos días
repetidos
             repetidos...



Cría cuervos
y te sacarán volando.



Quien juega con versos,
se quema.


14


Caperucita 2.0


Allá va, inocente como una cereza encendida
a devorar con su vagina
el alma de aquel
que se le ponga por delante.

Ahora los lobos son domésticos seres
con un cubata entre las piernas.

Ella lleva, bajo su roja capa
el aguijón con el que hurgar en sus heridas.

Y los humilla lentamente
por todos los años de carne de banquete,
muy
lentamente.


15


Carta de despedida a mis más allegados


Aquí os dejo mi testamento a modo de consejo o súplica:

Huid de los espacios íntimos
-hay que leer su letra pequeña-
en ellos sólo encontraréis una oxidada voz
con sabor a herrumbre y menta.

Esconded vuestros miedos
en hermosas cajas de plata,
así no podrán ser utilizados en vuestra contra.

Enterrad las alas de espuma en la tierra
y el corazón en los bolsillos.

Evitad las pupilas de vuestros confidentes,
recordad que son estrellas en profundos pozos
y os susurrarán que os tiréis de cabeza.

Maquillaros la consciencia,
decorad vuestros escombros.

Colocaros una lija en la lengua
cuando habléis del amor, la muerte, Dios, la belleza,
bla, bla, bla...

Descargad vuestra ira en los atascos.

Y por último, ante todo;
no leáis nunca
poesía.


16


Ennui

En cierto modo es como si detestara estas cadenas
que resuenan en mis cuadriculados sentimientos.

En cierto modo es como si entre mis versos
se masticara un minúsculo vacío.

En cierto modo es como si este poema
nunca fuera a acabar,

pero acaba.


17


Hoy

Reclamo el derecho al hastío;
recomiendo a los aquí presentes
que no tomen en cuenta mis palabras
porque sólo podrán exprimir un inacabable bostezo.

Hoy, agarro con mis manos la cuerda floja
-más bien cansada-
por la que naufrago
y tiro de ella sediento, enfadado.

Hoy, espero impaciente
a que se recuperen las averías
de un espacio-tiempo tan callado,
aberrante,
y con él
estos murciélagos blancos.


18


El hombre jaula

Sus huesos, barrotes
forrados de músculo y grasa.

Preferiría salir,
sacudirse de sí mismo,
pero no puede.

Lame con la yema de los dedos
la cerradura palpitante.

Se muerde las uñas,
su deseo de libertad.


19


Ya sabes que no muerdo

Hay noches
en las que el viento alimenta su memoria
con indescifrables onomatopeyas
que como pompas de jabón
salen de mi boca.

Otras, permanecen marcadas a fuego,
hermosa cicatriz en el torso nocturno.

Es cuando resuena entre las paredes del universo
una luz de estrellas muertas.

Entonces sí que muerdo.


20


Metástasis

Se aproxima un tsunami de palabras
que arrastran el ladrido de un perro desbocado.

Sílabas blancas, como gaviotas en la tormenta
descifran el sollozo de los días venideros.

Huele a oscuridad en este terreno saturado.

Algunos versos son fósforos prendiéndose entre la sorda multitud
pero yo busco la hoguera.


21


Útero

A veces, una inquietud medra en mi interior;

como un caramelo en la boca
va dando vueltas,
desprendiendo su inercia;
un vértigo por derramar el tiempo
en el líquido narcótico del olvido,
congelar la violenta gota
que perfora mi cariño.

A veces, otro
coge esa estaca de pereza y miedo,
la alza sobre mi pecho
y hunde su cuerpo
sobre mi cuerpo.


22


Eso es lo que soy

Primero, quítame la capa palpable,
mis máscaras y espejos de carne,
los juicios sobre mis rasgos,
la cultura que a ellos se condena.

Después, desecha todo lo que te diga;
las ideas que puedan camelarte
con sucios poemas y romanticismo barato,
la política, mis laberintos, el universo, la poesía.

Ahora,
ahora quédate con el resto.


23


Ellos

Me dijeron que anoche
andabas como loca por las calles,
buscando tu himen entre la basura.

Me contaron que en tus ojos
pudieron ver caballos rojos
cabalgando hacia dentro.

Me explicaron que no atendías a razones,
ni a conversaciones ajenas
porque una media sonrisa coloreaba tu vulva.


Y yo no les creí.


24


La reina de Babilonia


Le he clavado una lanza en el orgullo
a la reina de Babilonia.

Bebí tierra, mastiqué corazones de cristal,
me rasgué la blanca cordura
e hice una tortilla con mis entresijos.

Hoy, nos lamemos cada herida
pensando que mereció la pena.


25


Entra

Entra en el silencio de este poema.

Los maestros hace tiempo que apagaron
la fogata de mis versos.

Como la orilla,
la angustia cederá
poco a poco sobre la arena
del recuerdo.

Aquí todo es sereno.

No tengas miedo,
entra.


26


IV. DESENLACE/ REGOCIJO EN EL FANGO


27


Alcohol para las llagas


Te propongo un brindis:
por ti,
por mí
y por lo que ya no vamos a hacer esta noche.


28


Lobo

He olvidado tu olor
y ya no aúllo por las noches.

La luna llena, el hombre vacío.


29


Etcétera


Yo por aquí, esnifando letras,
tirando de un fino hilo.

Tú por allí, deslizándote por mi olvido
como el miembro fantasma de un perro castrado,
como las uñas y los cabellos de los cadáveres,
deslizándote,
deslizándote por mi olvido.


30


Salvaje


La mala hierba crece,
se trenza dentro:
vísceras,
corazón
y cerebro.

La dejo florecer por mi jardín
-mi selva-.

Lentamente,
la vida
se va abriendo paso.


31


Corazonada

El impulso de un toro negro
tira de ti haca algo
-no sabes bien a donde-
pero está

ahí,

y sería una estupidez
por tu parte
intentar domesticarlo.


32


V. REBOBINANDO/ PRELUDIO E INCERTIDUMBRES AÑEJAS



33


"Pandora abrió la caja.
Y tú
te quedaste dentro".

“Ama cualquier conquista
por pequeña que sea”.


-David Franco Monthiel-


34


Manual de supervivencia para la Nueva Era


Cierra los ojos,
abre la boca
y saca la lengua...

Siente un temblor de palomas en tu pecho,
el hambre en las manos,
el peso del mundo,
esa cuchara helada debajo del paladar,
el azul del cielo
que emigró a otro lugar,
mariposas eléctricas revoloteando
como si fueran el espíritu de las cosas,
la ciudad naranja que gira sobre si misma,
su cordón umbilical,
el esperma negro resbalando por el vientre,
un incendio de lápices en tu boca
que prende el nido de pájaros que habitan en ella.

Siente.

El corazón
acostumbrado a temblar,
conserva el equilibrio.


35


8

Si el ocho fuera el infinito en vertical
uno                               i
    dos                           n
       tres                        f
           cuatro                i
                 cinco           n        
                       seis        i          
                           siete  t        
                                     o


sólo podríamos contar hasta siete.


36


Música del azar

Envuelto en la médula del sonido
sientes que el panel de la vida está lleno de miel
y las bisagras del mundo empiezan a crujir.

Una culebra se retuerce entre tus orejas,
las jaulas de oro se derriten al calor de un sensual blues.

Dejaste de preguntarte quién le puso el cascabel al gato,
sabes que los muros mal construidos acaban por caerse tarde o temprano.

Hoy recordaste que de niño matabas el tiempo rompiendo relojes

y en ti ha florecido algo nuevo.


37


Boomerang


Recuerda:
en la mano con la que señalas al culpable
hay un dedo que le apunta a él

y tres a ti.


38


Es la era del eufemismo

Todo depende de cómo se mire.

El vaso, ni medio lleno ni medio vacío,

os lo habéis bebido vosotros.


39


Futuro Primitivo

El ordenador ordena tus órdenes,
tú, acatas su orden.


40


En las vísceras de la tormenta

Bajo las madrigueras
late un trémulo pulso, incesante.

Un escalofrío eléctrico se expande por la pulpa de las avenidas;
alguien abrió la caja de truenos.

Los espejos siguen derramándose en la ciudad
y no reflejan nada humano.

Hay trampas, seres de alambre y vainilla,
cerraduras sin llave, grasa lunar, arenas movedizas,
un reguero de pirañas, aguarrás, tendones de acero,
un sol negro y en él,
una tarántula reptando por las paredes del eclipse.

Aprovecha, sal y llena tus ojos de tierra.


41


No he dicho ni muerte


Bendita naturaleza que vencerá
esta terrible guerra.


42


Lágrimas de aceituna

A lomos de la urbanidad
llora un olivo perdido.

Su llanto de aceituna
perturba el dormir palpitante de la ciudad.

Él, esparce la carne de oliva
sobre el sueño humano;

en el latido de la noche,
marchan engarzados mano y ramo
para trotar por el espumoso horizonte de plata.


Vuela olivo, vuela
y llévanos entre tus ramas.


43


Esperanza


Tras la frialdad
de la tecnología recién estrenada,
hay una caja de cartón
que sonríe

lentamente

a los niños.


44


Destierro en una gran superficie


Contaminado de este espacio efímero
transito entre fatuas tentaciones.

Soplan continuos vientos de cambio.

Y yo sólo veo
seres asustados
por el húmedo hocico
de la muerte en bote.


45


Ya nos lo advertían desde pequeñitos


Este dedito fue a pescar,
éste lo limpió,
éste lo guisó,
éste puso la mesa
y éste que está aquí
-el picarón del gordo-

se lo comió.


46


Ansias de color

Si alguna vez te encuentras
con alguno de esos
increíbles locos agonizando
que te salvaron la vida
extirpándote una sonrisa,
no dudes en recordarle
cuando meaban oasis
sobre el desierto invisible.

Destejieron el Arco Iris
para saciar nuestras ansias de color.

Dile que no siempre
la suciedad
estuvo detrás del sueño.


47


Que alguien me explique


¿Quién fue el desgraciado que nos ató
este cencerro al cuello?

¿Quién cerró todas las puertas con cerraduras de tétano?

¿Quién se atrevió a cascar nuestras nueces?

¿Quién creó estas mentiras rebozadas en oro?

¿Quién nos dijo que eramos como un tornillo pasado de rosca
en la maquinaria de la vida?

Que detrás del aire había monstruos,
que la vida era una carrera de ratas,
un mundo de hienas.

Que alguien me explique ¿Quién oso hacerlo?

¡A nosotros!

A nosotros,
nosotros.


48


Las sillas

Como si de un juego se tratara,
una a una van desapareciendo
y con ellas, la luz que brilla en nuestra mirada.

Una danza de blanda muerte
nos incita a seguir bailando frenéticamente.

Suenan a lo lejos
cantos de sirena enferma,
melodías rojas que nos embriagan con su miel
para desatar nuestros rígidos mástiles éticos.

Seguimos danzando
en esta alegre monotonía,
cada vez somos menos
pero eso ya no importa.


49


Deposite aquí su odio

Practique vudú con el muñeco que se le ofrece,
aplique la peor de las torturas para un poeta:
hágale tragar cucharada tras cucharada de insulsa realidad.

Sáquese la chinita del zapato,
láncela contra el autor de este escarnio
¡Con fuerza!
denúncielo por agravio.

Pídale prestado un mal de ojo a una gitana desdentada,
vuelque la maldición pagana sobre el enemigo.

Escupa en la estrofa,
mancille el verso,
desahogue su ira en cada esquina de este poema.

Pero después de haber saciado su venganza
que no se le ocurra recordar lo acontecido entre usted
y éstas palabras/ caricias para sus odios.


50


Incendio en el Psiquiátrico

Las llamas derretían lentamente el palacio
mientras psiquiatras y enfermeras entraban en pánico.

Fueron los paranoicos, los pacientes,
quienes salvaron la situación.

Ellos ya sabían que algo extraño se fraguaba
en aquel hervidero,
por eso tenían las salidas controladas

Ellos estaban preparados.


51


Los hijos de Narciso

Del palo ya no cuelga
una vetusta zanahoria,
sino un espejo retorcido
que eclipsa
los matices del paisaje.


52


...
No decir nada;
permanecer en silencio
entre los estallidos y ladridos del entorno;
también es una manera de trasmitir un discurso.


53


Renacer


Pasar por túneles de carne y hueso,
hendir en lo más profundo,
abrir la puerta del sótano.

Encontrar cadáveres arropados por las moscas,
demonios con forma de pulpo,
la mirada de un niño asustado
que no te reconoce.

No quedarte inmovilizado por el horror,
seguir caminando,
pasear por tu caverna,
sentir como se deshielan las estalactitas
que medraron en su bóveda cariada.

Ya no sirven los paraguas rotos
porque a lo lejos alguien está avivando un incendio
sobre el plano azul que lo envuelve todo;
mira, mira bien,
es tu amanecer.


54


La pantera

Está acorralada entre morenos barrotes,
lo puedo ver en su mirada sucia.

Bajo su piel, late sorda
una cadencia de llamas negras.

No sé si lo sabes pero
sólo ella puede liberar
a la bestia.


55


Pasó que                                            A Rafa Vida B

Un día probé a relacionarme con ellos,
a hacer el amor con ellas.

A compartir lo que llevaba dentro del bolsillo,
a destapar alegrías y bajezas
-las perlas de mi ostra-
para que rozáramos con ternura el dorso de la vida
y despuntáramos las horas con intensidad.

Pasó que ellos estaban jugando.

Pasó que yo iba en serio.


56


Letras llenas de cal

La serena alegría
es un molinillo de colores
clavado en una maceta;
riendo con el viento
en la terraza de cal blanca
que habita en mi corazón.


57


El clavo y la pared


Hay un clavo
hincado en una pared.

En él puedes colgar la correa de la bestia,
tus trajes de fiesta
o de tristeza,
el cuadro de tu vida.

Hay un punto negro en la eternidad blanca,
parece como si no estuviera
pero está
y sin quererlo
o queriendo
lo abarca todo.

El clavo es la piedra con la que tropezamos,
la chinita en el zapato de Dios.

La pared
es la posibilidad del contexto,
un cielo aún sin estrellas.

A veces somos nosotros quienes colgamos
las historias en el clavo,
otras, es la propia vida la que se encarga.


58


Campanilla

Tu risa
limpia la gangrena
de este mundo enorme.


59


Porque vivimos a la contra

Porque caminamos entre las ruinas
sin bajar los ojos,
cargando el cochambre en las entrañas.

No pretendemos aplastar realidades
sino hincharlas de luz.

Porque mientras nosotros nos desnudamos
con terribles palabras
vosotros os vestís con su belleza.

Porque dejamos pasar la vida
por nuestro ser,

simplemente

y degustamos su sabor hueco
ya que en el fondo nos tonifica.

Porque vivimos
entre
para
desde
hacia
por
y contra todo.


60


Miopía

Una mañana cargada de luz
decidí cometer una estupidez
de esas que van más allá
de lo absurdo.

Una ridícula mañana
decidí realizar una locura
y miré a los ojos del mundo...

pero no me devolvió la mirada.


61


VI. POÉTICA Y OTRAS CUESTIONES INSIGNIFICANTES

62


“EL POEMA esla erección del ahorcado.
Demasiado tarde y para nadie. Pero ahí”.

-David Eloy Rodríguez-


63


Profetas

Bajo los párpados arrastran el peso
de ácidas cadenas,
siglos de nata y mugre,
la amnesia de la Historia.

Cangrejos caminando hacia delante
muestran sus pinzas rotas, encarnadas,
anhelan quebrar tus tibios moldes,
sus dulces programas.

No les tengáis miedo.

Dejadlos pasar,
sentid su mordedura
y podréis extender las alas.


64


Amanece en un folio de papel


En la sombra de estos inocentes dibujos
existe una suerte de alquimia y memoria:

A b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z.


Con estas veintisiete letras
podemos susurrar lo innombrable,
llenar de escalofríos a nuestros fantasmas.

Entre estos escasos diez centímetros
podemos prenderle fuego al infinito,
romper aguas en hermosura.

Con este puñado de símbolos
podemos abrir la flor cerrada,
orinar sobre la herida de los dioses.

Pero con ellos también podemos
apagar la luz del mundo,
pulsar las teclas incorrectas del delicado juego
y entonces

todo se convierte en grima y escombros.


65


Atención                                             A Loella

En medio de este traje de sílabas
yace un cuerpo muerto.

Vuelan versos
que descansan sobre los ojos de los buitres
e iluminan la carroña de mi vida.

Vuestro mejor banquete.


66


Offside


Fuimos allí
para poner los puntos
sobre las íes.

Pero nadie nos dijo
que se trataba
de una orgía de letras desgastadas.


67


Ghost notes


Quizás, lo que intentamos cazar
se encuentre en el humo que traspiran las palabras,
en la espuma de una melodía
o en el polvo que flota en los sueños.

Quizás, lo que buscamos
no tenga forma.


68


Aforismo sintético

Si con ingredientes transgénicos
se puede realizar un exquisito pastel.

Con palabras huecas y versos de plastilina
tejeré un poema que trascienda.


69


Aforo completo

Un día busqué en internet a Dios y me salió pornografía. Lo que me llevó a sacar una conclusión, mi existencia es finita y no gordita.

En el fondo todos sabemos que en los bares cuanto más alta está la música más grande es el vacío.

La indiferencia puede ser más lenta que el cáncer. La depresión se expande y los ansiolíticos y tranquilizantes son sólo zumo de naranjas. Vivimos en una sociedad que esteriliza escrupulosamente el lavavajillas mientras que atiborra su mente de basura.

Hay veces que sales a la calle y te sientes acorralado como un cangrejo en un cubo de plástico.

El odio pasa cerca y puede salpicarte. Pero esto no debería de preocuparnos porque ahora Narciso se pasea por nuestras cloacas.

En la vida nos tropezamos con razones para sentir cariño y para envenenarnos de rabia, cierto es que crecerá aquello que alimentemos con más pasión.

Erase una vez en el hueco de mi ascensor donde subías y bajabas, subías y bajabas y tus dedos tocaron el botón para ir al séptimo cielo.

Al salir de tu casa leí en el letrero de una oficina "CORREOS" y pensé "Por Dios que obsceno".

Hay un tipo de agorafobia en el corazón. El amor es a la vez remedio y enfermedad, te da alas y puede esclavizarte. Aunque dicen que si amas hasta que te duela, es buena señal.

Después de fracasar y fracasar nuevamente conviertes tus muros en escalones que suben hacia la cima de la montaña.

No se trata de cuanto tienes, sino de lo que puedes hacer con lo que tienes.

La rebelión consiste en mirar hacia dentro, dinamitarlo y que reviente fuera. En observar el cielo hasta desgastarlo.

Si mi mundo cae, entonces que caiga despacio porque en la rapidez no hay cabida para la ternura.

Vivimos para adentrarnos en lo misterioso, escribimos para respirar.



Roberto Ferrer Hernández